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LAS RELACIONES BILATERALES CHILE-BULGARIA*

Maya Dafinova**

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I. Introducción

El fin de la Guerra Fría anunció la llegada de un nuevo orden mundial, y con eso impulsó cambios drásticos en las estrategias de desarrollo de las relaciones bilaterales. Mientras previamente al 1990 las relaciones entre los Estado-naciones se daban en función a su gravitación hacia uno de dos polos diametralmente opuestos, el actual sistema internacional demuestra una tendencia de apertura e interdependencia mutua cada vez mayor en el ámbito económico, político y sociocultural. Así, los integrantes del ex bloque socialista se han visto obligados a efectuar una transición hacia un nuevo sistema, mientras los países del lado opuesto de la cortina de hierro se abren a nuevos horizontes de colaboración con sus antiguos adversarios.

En este contexto, las relaciones entre Chile y Bulgaria se han visto influenciadas por la trayectoria histórica y política de ambos países. En el año 1935, se instaló una misión diplomática búlgara en Chile por primera vez, la que discontinuó sus funciones en dos etapas: 1943-65 y 1973-1990. La razón para el ultimo quiebre fuela pertenencia a bandos opuestos durante la Guerra Fría - Chile en la dictadura militar de corte neoliberal y Bulgaria bajo el tutelaje de la URSS, respectivamente. Aunque los documentos bilaterales firmados por ambos países no fueron denunciados, los contactos entre 1973 y 1990 se limitaron a acercamientos en las Naciones Unidas1. No obstante, datos no oficiales de ambos lados comprueban la existencia de redes de comunicación y apoyo, tales como: testimonios personales de emigrantes chilenos en las ciudades búlgaras principales y una villa llamada "Bulgaria" en Santiago.

Posteriormente, el colapso del socialismo coincidió con el triunfo del "No" del plebiscito chileno en 1989. En este contexto, los presidentes Patricio Aylwin, del partido de Democracia Cristiana (PDC) y Zheliu Zhelev, Unión de Fuerzas Democráticas (UFD)2 tomaron medidas para reanudar las relaciones bilaterales entre ambos países. Se reinstalaron las misiones diplomáticas, se realizaron visitas de autoridades por ambos lados, se impulsó el intercambio comercial y cultural. Dicho acercamiento no es de extrañar, puesto que en el principio de los 90 cada uno de los dos países lidiaba con un período de transición hacia la democracia, lo que implicaba reformas institucionales y de la política exterior para incorporar en su agenda actores internacionales anteriormente excluidos.

Sin embargo, dicha transición a la democracia se dio en forma muy distinta para ambos Estados, afectando el desarrollo de las relaciones bilaterales entre ellos. En Chile, el modelo económico neoliberal exitoso se mantuvo y resultó ser uno de los pilares más importantes para la transición pacífica, una especie de caso único en América Latina donde en la mayoría de los países, el derrumbe del gobierno militar se conjugó con crisis económicas. En un marco de economía estable, el enfoque chileno cayó sobre la consolidación de la "democracia de consenso," apuntando a superar a los enclaves autoritarios heredados por el gobierno militar (Garretón 1995). El clima democrático fue favorable para la inversión extranjera y el comercio exterior - Chile se posicionó nuevamente en el mapa de las grandes potencias industrializadas, Estados Unidos y la Unión Europea.

Por otro lado, la experiencia búlgara se marcó por una grave crisis económica, resultado de la apertura del sistema político, que provocó fuertes protestas sociales e inestabilidad institucional. El nuevo gobierno, el primero a ser elegido democráticamente en 45 años, luchó para posicionar al país en el plano internacional y priorizó las relaciones bilaterales con Europa Occidental y los Estados Unidos, actores geopolíticos de peso mayor que podrían colaborar directamente en la superación de la crisis que atravesaba el país. La negociación ha sido lenta - apenas en 2004 se logró la entrada en la OTAN, mientras la pertenencia a la Unión Europea está fijada para el 2007.

En este contexto, claro está que en el principio de los 90, Chile y Bulgaria tenían prioridades inmediatas diferentes, por lo cual las relaciones bilaterales entre ellos no se intensificaron de manera significativa. Sin embargo, se hacen evidentes sus intereses geopolíticos comunes. Así, con el avance hacia el siglo XXI, los procesos de estabilización política y económica, tal como las fuerzas inevitables de la globalización, resultaron en un creciente acercamiento entre Chile y Bulgaria.

La pregunta principal que este trabajo pretende contestar es: ¿Cuál ha sido la evolución de las relaciones bilaterales entre Chile y Bulgaria, a partir del establecimiento del nuevo orden internacional posterior al término de la Guerra Fría (1990 al 2005)? En la sistematización del problema emergen cuatro preguntas específicas: ¿Cuáles han sido las relaciones bilaterales políticas entre ambos países? ¿Cómo ha evolucionado el intercambio económico entre ellos? ¿A qué nivel están desarrollados las relaciones culturales (estas últimas incluyendo intercambio educativo, acercamientos científicos, colaboración deportiva, u otros).

Por ende, el objetivo general del artículo apunta a examinar el desarrollo de las relaciones bilaterales entre Chile y Bulgaria desde 1990 hasta el 2005. En términos específicos, dicho desarrollo se analizará por medio de las instancias políticas, económicas y culturales.

En el mundo contemporáneo desde la perspectiva del liberalismo, todos los actores del sistema internacional se ven afectados por las fuerzas de la globalización, la creciente interdependencia compleja, la liberalización de los mercados y del aumento de flujo de bienes, capitales y personas a través de las fronteras. En este contexto, las distancias entre Chile y Bulgaria se han disminuido, abriendo nuevos campos de desarrollo y crecimiento. Una investigación de las relaciones bilaterales entre dichos países es útil para analizar hasta qué punto la globalización permite que se acerquen dos Estados, siendo ellos histórica y culturalmente muy diferentes, así como evaluar las dinámicas políticas, económicas y culturales que se dan entre ellos. La relevancia social de este estudio es considerable, puesto que los resultados serán beneficiosos tanto para Chile como para Bulgaria, contribuyendo a un mayor conocimiento y entendimiento entre ellos. En términos prácticos, la investigación identificará los canales a través de los cuales se efectúan las relaciones bilaterales, tales como: actores principales, organizaciones, instituciones, visitas diplomáticas bilaterales y actividades culturales, entre otros. Asimismo, dando a conocer las vías de interacción entre ambos países, se estimulará aún más el acercamiento entre Chile y Bulgaria. En vista de la falta de otros estudios completos sobre el tema, el valor teórico de este artículo se deriva del aporte que constituye el llenar el hueco del conocimiento existente. Además, se ofrece la posibilidad de aportar al debate sobre el valor real del desarrollo de las relaciones bilaterales en general, y en específico, entre Chile y Bulgaria. Los resultados obtenidos darían espacio para que surjan nuevas ideas y estímulos en ámbitos anteriormente no considerados en las relaciones bilaterales chileno-búlgaras. La utilidad metodológica aporta en la comprensión del concepto de relaciones bilaterales y en el estudio de la interrelación entre las variables políticas, económicas y culturales.

A la fecha, no existen estudios formales de las relaciones bilaterales chileno-búlgaras. Las investigaciones se limitan a informes breves, de datos duros y poco análisis, que se refieren a las relaciones entre Chile y el conjunto de los países de Europa del Este. Dichos informes se refieren principalmente a las relaciones económicas, dejando de lado los acercamientos políticos y culturales. Otros antecedentes se pueden recopilar de un número reducido de anuncios en la prensa, así como a través de entrevistas y encuestas a expertos, especialistas y otros individuos directamente involucrados en el tema.

La hipótesis de investigación define que la evolución de las relaciones bilaterales entre Chile y Bulgaria ha experimentado un impulso significativo a partir del establecimiento del nuevo orden internacional posterior al término de la Guerra Fría (1990 al 2005), producto de un acercamiento político, económico y cultural. El estudio en cuestión es del tipo exploratorio-descriptivo, realizado a través de una investigación principalmente empírica, con elementos de revisión documental. Se aplica el método combinado de observación-analítico, observando la naturaleza, intensidad y carácter de las relaciones bilaterales chileno-búlgaras. La investigación toma nota de todo tipo de acercamiento que se haya producido entre ambos países, desde un nivel primario (contactos personales, conocimientos básicos) hasta un nivel avanzado (intercambio comercial, visitas a alto nivel). Se aplican entrevistas semi-estructuradasa especialistas y expertos en la materia. Además, se analizan datos de fuentes secundarias, destacando las tendencias generales significativas de las relaciones económicas, políticas y culturales chileno-búlgaras.

II. Relaciones Bilaterales políticas y diplomáticas

Posteriormente al golpe militar chileno en 1973, Bulgaria retiró su misión diplomática de Santiago, como un gesto de protesta en contra del gobierno de Augusto Pinochet. Estas medidas encuentran explicación en el alineamiento del gobierno búlgaro con la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Por su lado, el gobierno militar chileno no tomó iniciativas explícitas de rompimiento de las relaciones diplomáticas con ninguno de los países socialistas, ni ordenó el cierre de sus Embajadas. Es más, procedió a pagar la deuda externa de Chile con Bulgaria, que había sido acumulada por los gobiernos anteriores.

El rompimiento de las relaciones diplomáticas durante la Guerra Fría se califica como un error lamentable por parte de Bulgaria. La ausencia de una misión búlgara en Chile no permitió ejercer influencia política o brindar apoyo a los nacionales en el contexto del golpe militar. Una decisión correcta hubiera sido retirar al Embajador, dejando a un Encargado de Negocios a cargo de la Embajada, lo que habría facilitado enormemente la reanudación de las relaciones diplomáticas a partir de 1990. Un ejemplo ilustrativo es el caso de Rumania, que nunca retiró su misión diplomática de Chile, por lo cual en la actualidad existe una misión chilena permanente en Bucarest, que además está acreditada en Bulgaria.

Hacia los fines de los años 80, con el descongelamiento de las relaciones entre bipolares, además de la sincronizada caída del socialismo búlgaro y el gobierno militar chileno (ambos en 1989), grandes cambios se hacen notables en el ambiente político internacional. Con la inauguración de la democracia en ambos países, Bulgaria tomó medidas para el restablecimiento de las relaciones políticas con Chile. Cabe señalar que dicha iniciativa le correspondía a Bulgaria, ya que se traduce un intento de corregir el error del gobierno búlgaro en 1973, que llevó al quiebre de las relaciones bilaterales.

Es así que, con fecha 6 de abril del 1990 en Madrid, se firmó un Acuerdo de renovación de las relaciones diplomáticas. En el mes de octubre del mismo año, el Ministerio de las Relaciones Exteriores Económicas de Bulgaria inauguró una oficina de comercio y economía en Santiago. Los primeros dos jefes de la misión búlgara en Santiago fueron funcionarios del Ministerio de Relaciones Económicas Internacionales (y no de Cancillería), por tanto asumieron con cargo de encargado temporal (representante comercial). El tercero, cuarto y el quinto encargado de la Embajada (éste último siendo el jefe de la misión actual) fueron funcionarios de Cancillería y diplomáticos de carrera. Hacia los fines de 1994, se acreditó oficialmente una misión diplomática permanente en Chile, a nivel Encargado de Negocios3. Ya dijimos que Chile no dispone de representación diplomática en Bulgaria, siendo la Embajada chilena en Rumania la institución acreditada para dicho propósito4.

Cabe señalar que el período de apertura de las relaciones bilaterales políticas (1990-1995) fue difícil para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bulgaria. El país luchaba con la consolidación del régimen democrático, combatiendo a la vez una grave crisis económica y una hiperinflación de 550 %5. En este contexto, por lo menos 6 Embajadas en la región latinoamericana fueron cerradas por razones presupuestarias. La única Embajada nueva que abrió sus puertas en dicho período es la de Santiago, siendo dicho gesto muy significativo y demostrando el claro interés del gobierno búlgaro a establecer relaciones activas y fructíferas con Chile. Dicho proceso se ha visto dificultado por la falta de presencia de una misión diplomática chilena en Sófia, pese a las negociaciones constantes y la aparente buena disposición por parte del gobierno chileno.

El desarrollo de las relaciones bilaterales a nivel político ha sido relativamente lento. En 1992, en Santiago se efectuaron diálogos entre los Ministerios de Relaciones Exteriores de ambos países, a nivel de Subsecretarios. En 1994, una delegación búlgara encabezada por el Subsecretario de Relaciones Exteriores participó en la ceremonia de inauguración de la presidencia de Eduardo Frei Ruiz- Tagle. El presidente chileno recibió una carta personal del Jefe de Estado búlgaro, así como una invitación para una visita oficial.En 1996,los Ministerios de Relaciones Exteriores de ambos países firmaron un Memorando, reglamentando el diálogo y las consultas regulares entre los dos Ministerios de Relaciones Exteriores. Asimismo, por parte de Bulgaria se declararon intenciones para proceder a acuerdos sobre protección mutua y motivación de las inversiones y el control sobre la doble tributación.

Como lo demuestran los datos anteriormente mencionados, entre 1990 y principios del 2002, se han realizado solamente 3 visitas a alto nivel de funcionarios búlgaros y ninguna por parte de Chile. Los dos acuerdos firmados son básicos, sin los cuales no se conciben las relaciones diplomáticas. Además, ninguno de los proyectos propuestos por el gobierno búlgaro ha sido firmado por sus homólogos chilenos, lo que demuestra cierta lentitud en la disposición santiaguina.

A partir de la segunda mitad del 2001, las relaciones diplomáticas experimentan un impulso, principalmente por las iniciativas del nuevo jefe de la misión búlgara, SE el Embajador Encargado de Negocios Peter Atanassov, quien llegó a Santiago en julio de dicho año. En el mes de junio del mismo año, se logra la primera visita chilena a alto nivel en Bulgaria. Andrés Zaldívar, entonces presidente del Senado, visitó Bulgaria en respuesta a la invitación oficial del Presidente de la Asamblea Nacional búlgara, el profesor Ognian Gerdzhikov. Fue recibido en Sófia por el Presidente de la Republica Bulgaria, el presidente del Congreso y los principales ministros. Dicha visita marcó un progreso importante en las relaciones políticas bilaterales, debido al restablecimiento de los canales directos para colaboraciones futuras y la comunicación a alto nivel.

Posterior a dicha visita, se marcaron avances en la colaboración interparlamentaria, a través del establecimiento de grupos de amistad Chile-Bulgaria en ambos parlamentos, que apoyan el diálogo interparlamentario usando los canales del Congreso. El presidente del grupo en la Asamblea búlgara es Rupen Krikorian, del partido Movimiento Nacional Simeon II (MNSS)6 y su homóloga chilena es la diputada Ximena Vidal de PPD.

El desarrollo de las relaciones bilaterales en el año 2003, nuevamente destaca diálogos entre los Ministerios de Relaciones Exteriores - a nivel Director en Santiago, en febrero, y a nivel Subsecretario en Sofia, en abril. Además, en la capital búlgara se firmaron acuerdos sobre la eliminación de las visas para pasaportes ordinarios y diplomáticos de los ciudadanos búlgaros y chilenos. Dichos acuerdos entraron en vigor a partir del 1 de agosto 2003 y 1 de marzo del 2004, respectivamente7.

Durante el año 2004, el Subsecretario de la Justicia de Chile Jaime Arellano Quintana, efectuó una visita oficial a Bulgaria. En el mismo año, se inició el proceso de instalación de un Cónsul honorario chileno en Sófia, así como un Cónsul honorario búlgaro en Punta Arenas. Además, las autoridades búlgaras presentaron a sus homólogos chilenos un Acuerdo de colaboración entre la Academia Diplomática chilena Andrés Bello y el Instituto Diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bulgaria.

En cuanto a la integración física entre los dos países, cabe destacar que el nivel de migración es mínimo. Aproximadamente 260 ciudadanos búlgaros están permanentemente establecidos en Chile, mientras los chilenos radicados en Bulgaria son 26 personas.

Un análisis del acercamiento político y diplomático entre Chile y Bulgaria lleva a la conclusión que la iniciativa ha sido y continúa siendo búlgara. Los esfuerzos de Sófia son comprensibles, considerando que fue Bulgaria quien rompió las relaciones diplomáticas en la década de la Guerra Fría. Por su lado, Chile ha retomado el diálogo de manera más lenta, sin embargo con una excelente disposición que ha quedado bien expresa en las acciones de los tres gobiernos democráticos desde 1990. Curiosamente, desde una visión realista, se dificulta el desarrollo de las relaciones bilaterales, fijando cada uno sus prioridades en actores regionales más cercanos y de mayor potencia (China y EE.UU. para Chile, la Unión Europea para Bulgaria). No existe entre Chile y Bulgaria un tema común cultural, tal como pueden serlo las raíces comunes, una historia similar, o compartir el mismo idioma. ¿Cómo, entonces, se explican estos avances de acercamiento? Claro está que en términos políticos, son resultado directo de los esfuerzos a alto nivel de diversificar los horizontes y relacionarse con nuevos actores en el sistema. Enseguida, no se debe dejar de lado el rol predominante de Bulgaria como catalizador en el desarrollo de las relaciones bilaterales políticas. La pasividad relativa de Chile en el último año se puede explicar con la proximidad de las elecciones presidenciales, que conllevan a cambios importantes en el personal y las políticas del gobierno. Dichos cambios serán menores en caso de un triunfo de la Concertación, ya que la continuidad en las políticas hacia Bulgaria aseguraría menos demora en las respuestas de la parte chilena. Por último, el impulso del acercamiento político, en combinación con la derogación de visas en 2004, puede resultar en una mayor inmigración por ambos lados, con efectos positivos en el ámbito de intercambio de personas e integración cultural. Finalmente, el fomento de las relaciones bilaterales políticas y diplomáticas estimularía al intercambio económico, descubriendo nuevos horizontes de negocios para ambos países. Todos estos acontecimientos harían que, tanto Chile como Bulgaria, puedan aprovechar el cambio del orden global, explotando terrenos nuevos de desarrollo y crecimiento.

III. Relaciones bilaterales económicas

Posterior al golpe de Estado de 1973 en Chile, las relaciones bilaterales económicas con Bulgaria se vieron drásticamente disminuidas, limitándose a negocios esporádicos apoyados por terceros. El proceso de reanudación del comercio ocurrió después de la llegada de la democracia para ambos países en 1990. A la fecha, entre los países de Europa del Este, Bulgaria ocupa el segundo lugar como consumidor de productos chilenos exportados, después de Rusia:

Intercambio bilateral:

País

Exportaciones

Importaciones

Bulgaria

75.216.000

26.633.000

Croacia

6.895.000

3.901.000

Eslovaquia

65.378

5.850.000

Eslovenia

8.003.000

9.906.000

Hungría

3.664.000

28.248.000

Polonia

46.148.000

112.172.000

República Checa

9.804.000

65.064.000

Rumania

54.206.000

145.376.000

Rusia

300.454.000

120.019.000

Ucrania

2.137.600

95.495.000

 

 

 

TOTAL US$

506.592.378

612.664.000

 

Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, http://www.minrel.cl, Octubre 2005

En detalle, el intercambio comercial entre Chile y Bulgaria en los últimos años ha registrado un auge, específicamente a partir del año 2001 (Anexo II).

Los datos demuestran que el intercambio comercial de Chile con Bulgaria ascendió, durante el año 2004, a US$ 158,7 millones, resultado que representa un crecimiento de 140 % respecto del nivel existente en el año 2003. Los primeros ocho meses del 2005, el intercambio alcanzó a US$ 92,7 millones, con una caída de 3 %. La expansión experimentada en el año 2004, se debió básicamente al aumento de 142 % de las exportaciones chilenas, con respecto al año anterior. Por otro lado, respecto a las exportaciones búlgaras a Chile en el año 2005, estas presentan un crecimiento de 212 % respecto del mismo periodo del año 2004.

Chile exporta principalmente cobre y productos alimenticios a Bulgaria, mientras entre los principales productos búlgaros importados figuran impresoras para transferencia térmica, secadores para el cabello, sistemas de riego para agricultores, partes de aparatos mecánicos para pulverizar y las demás cerezas.

Según registros de la DIRECON, las principales empresas exportadoras a Bulgaria son Minera Escondida Ltda., CODELCO, Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi SCM, Pesca Chile S.A., mientras las principales empersas importadoras de productos búlgaros son: Tulio Callegari Hijos y CIA, NIKE Chile, Philips Chilena S.A, Laboratorio Centrovet LTDA., Cargill Chile LTDA.

Para el desarrollo del comercio bilateral, es vital el conocimiento mutuo de las posibilidades de negocios e inversión rentable, así como la comunicación fluida de los empresarios, la participación de los canales privados y el apoyo de las misiones diplomáticas. Las estadísticas demuestran que, pese a que Bulgaria es uno de los más importantes destinos de exportación de cobre chileno en Europa del Este, las importaciones de productos búlgaros a Chile son menores, superados tres veces por los de Rumania. Hoy en día, se hace presente un gran desconocimiento de las oportunidades de negocio entre Chile y Bulgaria. No hay presencia empresarial, ni inversiones bilaterales notables. Dicha situación no es de extrañar, tomando en cuenta el aislamiento político de ambos países, que duró 45 años, hasta 1990. Además, uno de los actores claves para la creación de instituciones e organizaciones gremiales que fomenten al comercio bilateral (tal como las Cámaras de Comercio) son las misiones diplomáticas. Por ende, la falta de una Embajada chilena en Sofia obstruye considerablemente el desarrollo de las relaciones bilaterales económicas. Es más, las estadísticas anteriormente mencionadas reflejan que Rumania, uno de los países más pobres de Europa, pero a la vez el único que no discontinuó las relaciones diplomáticas con Santiago durante la Guerra Fría, actualmente se ha establecido como el líder en materia de exportaciones a Chile. La continuidad de las relaciones bilaterales políticas es indispensable para el acercamiento entre los grupos empresariales. Es así que, a partir del 2001, los esfuerzos del Encargado de Negocios búlgaro a fomentar las relaciones bilaterales explican el aumento considerable de intercambio comercial entre ambos países.

En cuanto al marco legal en materias de comercio bilateral, se mantiene vigente el Convenio suscrito el 5 de noviembre del 1968 en Sofia, ratificado por Chile el 20 de enero de 19708. El marco legal contemporáneo de los acuerdos entre los dos países está en proceso de actualización. En 1993, Bulgaria entregó a las autoridades chilenas proyectos de un Acuerdo comercial, un Acuerdo sobre la protección y la estimulación mutua de las inversiones. El interés por parte de Chile en estos acuerdos se posiciona en el marco de la aceptación de Bulgaria en la Unión Europea en 2007, en vista del Tratado de Libre Comercio firmado con dicha entidad supranacional.

En 2005, durante la visita a Chile del presidente de Bulgaria Georgui Parvanov, Chile recibió de Bulgaria una petición de establecimiento de una Comisión mixta de colaboración comercial, científica y tecnológica. En el ámbito económico, el rol de dicha Comisión será fundamental, ya que el intercambio comercial se ve impulsado primero por visitas políticas a alto nivel, que dan a conocer las posibilidades de cooperación económica, para así aumentar el conocimiento en el mundo empresarial de ambos países. En este contexto, la Comisión Mixta se reunirá anualmente, en Sofia o Santiago alternativamente, con el objetivo de fomentar la inversión, desarrollar proyectos de protección del comercio e impulsar un mayor acercamiento entre los empresarios chilenos y búlgaros. Se planea establecer en la brevedad el reglamento de la Comisión Mixta, el que acordará el establecimiento de una comisión intergubernamental chileno-búlgara. Ambos presidentes hicieron hincapié en la necesidad de acelerar tal creación, siendo este el elemento práctico para fomentar las relaciones bilaterales económicas9.

Para lograr dichos avances en el desarrollo de las relaciones económicas, es indispensable llevar a cabo el proyecto, ya planeado por las autoridades de ambos países, de creación de una Cámara de Comercio Chileno-Búlgara. En la práctica, las tareas de las misiones diplomáticas no les permiten involucrarse directamente ni beneficiarse de procesos lucrativos. En el caso de la Embajada de Bulgaria en Chile, ésta carece de misión comercial. Sin embargo, la existencia de una Cámara de Comercio, integrada por personas privadas, y apoyada por la Embajada de Bulgaria, transformaría a la Cámara en el actor clave para el fomento del comercio bilateral, la exploración de alternativas de inversión, la gestión de las visitas y el punto de encuentro entre los empresarios chilenos y búlgaros. En este contexto, la unión y apoyo de las misiones diplomática y comercial es importante para el desarrollo exitoso de las relaciones bilaterales económicas10.

Nuevamente, los datos demuestran que Bulgaria ha demostrado más iniciativa en la estimulación de las relaciones económicas, a través de intentos continuos de acercamiento político que incluyen propuestas de acuerdos económicos. Sin embargo, el interés en el fomento del comercio bilateral está presente por ambos lados. Los beneficios, que se enumerarán a continuación, se hacen evidentes tanto para Chile como para Bulgaria. No se deben subestimar las perspectivas para ambos países en este ámbito, sobre todo en vista de que el volumen del intercambio comercial entre ellos es uno de los más importantes de Europa del Este, cifras que resultan sorprendentes en vista del pequeño tamaño de Bulgaria.

Ninguna de las propuestas búlgaras de establecimiento de acuerdos de colaboración económica de carácter bilateral ha sido firmada por Chile hasta la fecha, debido a una decisión a nivel ministerial de priorizar los tratados en el marco de la Organización Mundial de Comercio. Chile ha dado prioridad a actores sustanciales en el panorama del comercio mundial (EE.UU., China y la UE), sin embargo a nivel ministerial existen opiniones muy favorables en cuanto a una diversificación de las exportaciones hacia Bulgaria. Es más, en 2007 Bulgaria será miembro de la Unión Europea (UE), uno de los principales socios comerciales de Chile con quien se firmó un Acuerdo de Asociación Económica en 2004. En este mismo año, la Ministra de Relaciones Exteriores de Chile Soledad Alvear verbalizó el entusiasmo del gobierno chileno provocado por la expansión de la UE, ya que se permitiría la amplificación de las relaciones, el fortalecimiento de la alianza estratégica con Europa y el mejor enfrentamiento al mundo global.

Enseguida, los sectores chilenos con mayores beneficios son pesquero, agrícola e industrial, que recibirán importantes rebajas arancelarias. Dado el bajo nivel del comercio con los nuevos miembros, las mayores potencialidades se generarán en aquellos productos que hoy no se exportan, especialmente los con mayor valor agregado. Durante 2003, los embarques chilenos destinados a los diez nuevos países integrantes de la Unión Europea alcanzaron un monto de US$ 27,3 millones, registrando un crecimiento del 35,2 % respecto al 2002. En relación con las importaciones, éstas alcanzaron los US$ 66,6 millones durante 2003, lo que representa una variación del 25,5 % respecto del año anterior. Asimismo, en 2003, los diez nuevos países integrantes de la Unión Europea registraron una participación de 0,15 % del total de nuestras exportaciones y de 0,34 % del total de los envíos no tradicionales, cifras que demuestran el gran potencial de crecimiento existente11.

Por otro lado, los sectores de la economía búlgara que se beneficiarían de la membresía en la UE son el agrícola, industrial y de tecnología. Se hace evidente la similitud entre las economías chilena y búlgara. Por ende, una alianza estratégica sería beneficiosa para ambos lados. Eso porque, en términos de producción agrícola, poseen importantes yacimientos de materias primas y además, sus cultivos son parecidos, sobre todo en cuanto a la industria vitivinícola. Por tanto, al ingresar a la UE, los productos chilenos y búlgaros entrarán en competencia12. Es por eso que desde ya es recomendable establecer lazos bilaterales comerciales que permitirían lanzar iniciativas de joint venture, asociando capitales chilenos y búlgaros.

Para Bulgaria, que históricamente ha dependido de las economías europeas y estadounidense, visando el ingreso tanto a la OTAN como a la UE como la opción para dar soluciones de la crisis económica, una nueva era esta por venir. El crecimiento sostenible del PIB con 5.6 % en el 2004 - considerablemente más alto que el de los países de la Unión Europea, quienes generaron un incremento de 2,3 % para el mismo año13 - establece al país como una de las economías más estables y promisorias del Europa del Este. Además, se abren oportunidades reales de buscar nuevos socios y mercados estratégicos, aumentar las inversiones y las exportaciones en América Latina. Bulgaria busca la apertura de sus mercados hacia destinos previamente inexplorados, reduciendo así su dependencia del comercio con Europa (más de 50% de su intercambio comercial es con los países de la UE, principalmente Italia y Francia, además de algunos no miembros, como Grecia y Turquía). En este contexto, una alianza con Chile, la economía más estable de la región y a la vez, la puerta para los mercados asiáticos, se hace muy tentadora.

Por otro lado, una alianza con Bulgaria implicaría para Chile una apertura y mejoramiento de las relaciones con la UE y los demás países del ex - bloque soviético. Por otro lado, Bulgaria es visada como la puerta de entrada al mundo oriental. Siendo un país europeo, está en muy buena posición geográfica y también cultural, para penetrar al mundo musulmán. Cabe señalar que los mercados de los países tradicionales de Europa del Oeste son completamente copados; es por eso que Chile tiene interés en las nuevas posibilidades y contactos en el oriente que una alianza con Bulgaria ofrece. Se piensa que Turquía podría ingresar a la UE dentro de diez años, por lo cual Chile debe establecer una fuerte presencia comercial en dicho país con anticipación.

En resumen, el caso de Chile y Bulgaria exige que los acercamientos bilaterales en materia de comercio no se analicen desde el punto de vista de relaciones entre grandes economías, o entre un estado potente que genera dependencia comercial para el otro. Ambos son países pequeños, cuyos socios principales (y por ende, las prioridades inmediatas) son las grandes potencias. Es justamente por estas razones que un impulso a las relaciones bilaterales económicas, combinado con una alianza estratégica comercial, permitiría no solamente diversificar las exportaciones, pero también unir las fuerzas para enfrentar los efectos de la globalización, aprovechando los beneficios de los nuevos mercados. Dichos procesos ya están evidentes en la reactivación notable del comercio bilateral en el año 2004, que se puede explicar con un mayor conocimiento de los mercados, producto a la intensa labor en el ámbito de las relaciones bilaterales políticas y diplomáticas.

IV. Relaciones bilaterales culturales (incluyendo los ámbitos de ciencia, educación y deporte)

En términos generales, las relaciones bilaterales culturales entre Chile y Bulgaria han sido considerablemente subdesarrolladas, sin embargo se han fomentado a partir de agosto del año 2003. En la comuna santiaguina de Cerro Navia, donde existe la calle "Bulgaria," se formó la agrupación "Jóvenes Bulgaria" con la cooperación y apoyo de la Embajada búlgara en Chile. En noviembre del mismo año, se efectuó una visita de la delegación del Ministerio de la Juventud y Deporte de Bulgaria, encabezada por la Subsecretaria Tatiana Kostadinova. Simultáneamente, se firmó un Acuerdo de colaboración de deporte con ChileDeporte. Asimismo, en relación con el campeonato nacional de tiro deportivo (18 a 23 de noviembre del 2003), la diputada búlgara de MPSS Nonka Matova visitó Chile en respuesta a una invitación oficial de la Federación Chilena de Tiro Deportivo. En febrero del 2004, se realizó una visita a Bulgaria por parte del presidente del Comité Olímpico Chileno Fernando Eitel. General/r/ Juan Cancino

En el ámbito de la educación, en octubre 2004 la Universidad "St. Climent Ohridski" de Sofia celebró 100 años del nacimiento de Pablo Neruda. Enseguida, cabe señalar que la Universidad del Sur-Oeste "Neofit Rilski," de la ciudad búlgara de Blagoevgrad, ha firmado convenios bilaterales con tres casas de estudio chilenas: la Universidad Finis Terrae, la Universidad Tecnológica Metropolitana de Santiago y Universidad San Sebastián. Los convenios, que tienes características similares y estipulan una duración de tres años, fomentan la colaboración en la investigación, intercambio de alumnos y docentes en todas las carreras comunes, así como otros asuntos relacionados con la educación y la cultura. En cuanto al intercambio de estudiantes, no se cubren las cuotas de arancel en la institución anfitriona, cancelándose estas en la institución de origen. Los estudiantes de intercambio se responsabilizan de los gastos de viaje, alojamiento y alimentación, sin embargo, cada universidad anfitriona asume la obligación de ayudar a los estudiantes a encontrar alojamiento14. En esta etapa, dichos convenios son más bien básicos: apenas se contempla un arreglo de aranceles comunes para facilitar el pago de las cuotas universitarias, pero no se ofrece la doble titulación (título chileno y búlgaro), ni se incluye la opción de alojamiento (en recintos universitarios o en familias anfitrionas). Como ninguna de las instituciones partes del convenio imparte clases en inglés, se presenta una barrera de lenguaje para el estudiante o docente interesado. Sin embargo, cabe destacar que dicha dificultad afecta más a las universidades chilenas, ya que en Bulgaria la enseñanza del español está contemplada en una cadena de colegios de lenguaje, donde el estudiante tiene la opción de tomarlo como idioma principal, o como segundario. Independiente de los desafíos existentes, el beneficio del intercambio universitario y docente se hace evidente para ambas partes, sobre todo en vista de la similitud entre sus sistemas educacionales a nivel universitario (carreras de 5 años con requisitos de titulación parecidos). En este contexto, el intercambio educacional daría resultados específicamente en las áreas de las ciencias duras (Matemática, Física, Astronomía) y en las humanidades (Arte, Derecho, Educación, Historia, Ingeniería civil y Comercial). Se abrirían más oportunidades de colaboración científica e intercambio de conocimientos, se estimularía el flujo de inmigración entre Chile y Bulgaria, además de lograr un mejor entendimiento cultural y acercamiento entre ambos.

La colaboración científica chileno-búlgara no se limita a acercamientos universitarios. Hasta la fecha, Bulgaria ha efectuado 12 expediciones regulares a la Antártica, donde existe una base búlgara de verano en la isla Livingston (territorio antártico chileno). En enero del 2005, el Ministro de Relaciones Exteriores búlgaro Solomón Passi visitó el Instituto Antártico Chileno en Punta Arenas, con el propósito de interiorizarse con los proyectos de colaboración chileno-búlgaras y discutir actividades futuras en la península Bayers, abarcando los ámbitos de la paleontología y la geología. Los trabajos comunes de Chile y Bulgaria en la Antártica se efectúan en el marco del Convenio Antártico suscrito por Chile y Bulgaria en enero del 2005. La colaboración se regula por el Instituto Antártico Chileno (INACH), organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y el Instituto Nacional Antártico de Bulgaria. En julio del 2005, Bulgaria fue anfitriona del 25ma reunión regular del Consejo de gestión de los programas nacionales antárticas y el Comité de operaciones logísticas en la Antártica. En este contexto, los gobiernos colaboran en asuntos de investigación, medidas medioambientales para la conservación de la flora y fauna de la Antártica, además de la regulación del turismo de dicha zona15.

A la fecha, las relaciones bilaterales culturales entre Chile y Bulgaria se encuentran en un nivel incipiente, la razón principal siendo el pequeño tamaño de la misión diplomática búlgara en Santiago, que debido a la falta de Embajada de Chile en Sofia, se ve obligada a dirigir tanto los asuntos de Bulgaria en Chile, como vice versa. Es recomendable que el gobierno chileno instale pronto una misión diplomática en Bulgaria, que dialogaría regularmente con las instituciones gubernamentales búlgaras y la Embajada de Bulgaria en Santiago, uniéndose así a los esfuerzos para fomentar el intercambio cultural, científico y educacional.

V. Conclusiones

Las relaciones bilaterales en el siglo XXI obedecen a las fuerzas de globalización, la integración y la interdependencia compleja. En este contexto, se producen acercamientos entre estados que históricamente han estado aislados, como es el caso de Chile y Bulgaria. Aunque geográficamente muy lejanos, ambos demuestran similitudes en la experiencia pasada: son Estados pequeños, con un pasado de gobierno autoritario cerrado que se han visto obligados a abrirse y buscar sus nichos en el sistema internacional. El presente estudio confirma la hipótesis que las relaciones bilaterales entre ambos han experimentado un impulso importante desde 1990. Se han reabierto los canales institucionales de comunicación política y diplomática, factor que ha demostrado ser catalizador para el fomento tanto de las relaciones económicas, como culturales. Posteriormente al establecimiento de un diálogo fluido entre los dos gobiernos, se detecta un aumento notable en el intercambio comercial, posibilidades de explotación de nuevos mercados por ambos lados, además de avances en el ámbito académico y de ciencia (firma de convenios universitarios, colaboración científica en la Antártica). En cuanto a las recomendaciones a futuro, en primera instancia, se deben concretar los proyectos de apertura de una Embajada chilena en Sófia. Es el paso indispensable para verbalizar la disposición chilena de trabajar para el desarrollo continuo y fructífero de las relaciones bilaterales. Enseguida, el gobierno búlgaro debería invertir en la Embajada de Bulgaria en Chile, aumentando el personal de administración e incluyendo una misión comercial que se encargaría de la coordinación de las relaciones bilaterales económicas. En este último aspecto, es vital el establecimiento y aporte de la Cámara de Comercio Chileno-Búlgara, apuntando a facilitar los contactos entre los empresarios. En los dos años que nos separan de la aceptación de Bulgaria en la UE, se pueden desde ya realizar los avances en términos de alianzas económicas, joint venture e inversiones, necesarios para preparar el camino de la integración búlgara como uno de los nuevos miembros de la UE, sujeto al Acuerdo de Asociación Económica con Chile. Por último, en cuanto a las relaciones culturales, las misiones diplomáticas serán clave para centralizar el esfuerzo de su desarrollo, sin embargo, se deben potenciar tanto los canales oficiales como los no oficiales - la movilidad de personas, alumnos y docentes de intercambio, el acercamiento entre organismos no gubernamentales (tales como ONGs), el turismo, entre otros. Finalmente, un involucramiento más activo de la parte chilena será necesario para facilitar el diálogo bilateral. Pese a que aún faltan muchos campos por explotar en las relaciones entre Chile y Bulgaria, el desarrollo de estas en los últimos años demuestra un claro potencial de colaboración en el ámbito de la economía, los negocios, la cultura, el deporte, la educación y la ciencia. Está por verse si ambos países aprovechan al máximo dichas oportunidades.

 

 

NOTAS

* Este artículo fue realizado gracias a la generosa contribución y apoyo de la Embajada de Bulgaria en Chile y del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. [atrás]

** Doble major en Relaciones Internacionales y Francés, Lake Forest College, Estados Unidos. Alumna del 1er año del Magíster en Estudios Internacionales, Universidad de Chile. [atrás]

1. Entrevista a Daniel Mora, tercer secretario Dirección Europa, Cancillería, 6 de septiembre del 2005. [atrás]

2. Saiuz na Demokratichnite Sili (SDS), en búlgaro.[atrás]

3. Ministerio de Relaciones Exteriores de Bulgaria, Dirección América, http://www.mfa.government.bg. Visitada el 1 de octubre del 2005. [atrás]

4. Entrevista a Daniel Mora, tercer secretario Dirección Europa, Cancillería, 6 de septiembre del 2005. [atrás]

5. http://www.bankintroductions.com/bulgaria.html. Visitada el 6 de noviembre del 2005. [atrás]

6. Nacionalno Dvizenie Simeon II (NDSV), en búlgaro. [atrás]

7. Latin America Visa Free. http://www.sofiaecho.com, 17 de abril del 2003. Visitada el 28 de agosto del 2005. [atrás]

8. Decreto No. 223 de 11 de marzo de 1970, Congreso Nacional de Chile, http://www.bcn.cl. Visitada el 27 de septiembre del 2005. [atrás]

9. Entrevista a Fernando Morales, Asesor para asuntos económicos con Europa, África y Medio Oriente, DIRECON, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, 10 de octubre del 2005. [atrás]

10. Op Cit. [atrás]

11. DIRECON. Chile suma diez nuevos socios européos. Resumen de prensa, 30 de Abril del 2004, http://www.direcon.cl. Visitada el 2 de septiembre del 2005. [atrás]

12. DIRECON. Ampliación de la UE: desafíos y oportunidades para Chile. Resumen de Prensa, 26 de Abril del 2004, http://www.direcon.cl. Visitada el 10 de septiembre del 2005. [atrás]

13. DIRECON. Intercambios Económicos entre Chile y Bulgaria. Estudio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Octubre 2005. [atrás]

14. Convenio General de Colaboración entre South-West University, Blagoevgrad, Bulgaria y la Universidad Finnis Terrae, Santiago de Chile, 2003. [atrás]

15. Bulgaria y Antártica. Ministerio de Relaciones Exteriores de Bulgaria, http://www.mfa.government.bg. Visitada el 18 de noviembre del 2005. [atrás]

 

 

BIBLIOGRAFÍA

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DIRECON, Dirección de Asuntos Económicos con Europa, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, http://www.direcon.cl. Visitada el 1 de noviembre del 2004.

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Mora, D. Tercer Secretario, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Entrevista en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, 6 de septiembre del 2005.

Morales, F. Director grado 4 de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON), del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Asesor para asuntos económicos con Europa, África y Medio Oriente, DIRECON. Entrevista en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, 10 de octubre del 2005.

Universidad Finis Terrae. Convenio General de Colaboración entre South-West University, Blagoevgrad, Bulgaria y la Universidad Finis Terrae, Santiago de Chile, 2003. Santiago: Universidad Finis Terrae, 2003.

 

 

Anexo I: Definición de términos

Acercamientos políticos, económicos y culturales: Contactos frecuentes que se dan a nivel político, económico y cultural.

Guerra Fría: Período entre 1947 y 1989, marcado por una fuerte bipolaridad ideológica entre EE.UU. (capitalista) y URSS (socialista), donde las relaciones bilaterales entre los Estado-naciones se caracterizaban por los esfuerzos de cada polo a atraer militantes para su causa.

Impulso: un aumento en la intensidad y/o frecuencia de un fenómeno dado.

Nuevo orden internacional: Las fuerzas políticas, económicas, culturales, ideológicas y de otra índole que definen las relaciones entre los Estado-naciones en el contexto posteriormente a la Guerra Fría.

Relaciones bilaterales: todos los acercamientos políticos, diplomáticos, económicos, culturales, educativos o de otra índole que surgen bajo la forma de intercambio mutuo entre dos Estado-naciones.

 

Anexo II: Comercio Chile-Bulgaria

 

Anexo III: Principales Productos y Empresas participantes en el intercambio comercial entre Chile y Bulgaria

 

 

© Maya Dafinova
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© E-revista LiterNet, 18.03.2006, № 3 (76)